Verdugos del pueblo
David Foronda H.
8/5/20252 min leer
De veras que el pueblo boliviano aguanta estoico los problemas y dislates que, de una u otra manera, han sido creados por la denominada “clase política”, que está conformada por “izquierdistas” y “derechistas”. Las pugnas en las que se hallan sumidos causan tremendos daños a la sociedad boliviana y al país, particularmente en las últimas épocas. Ya mucha gente exclama “no hay estadistas en Bolivia, sino simples políticos”. No dejan de tener razón, debido a los tremendos desatinos que se debe soportar cotidianamente. Si existiesen “estadistas”, de los que se comenta, otra sería la vivencia en el país, con seguridad más gratificante, por el desarrollo a experimentarse, opinan.
Por supuesto que desde hace rato los políticos no dejan de ser verdugos de la colectividad, a lo que ahora se suman, también por el accionar errático de los aludidos, el dólar y los comerciantes. Por lo siguiente: la divisa del tío Sam se ha evaporado desde hace mucho, y lo evidente es que no se puede obtener esos billetes verdes con el tipo de cambio oficial, sino en el mercado paralelo, dominado por los especuladores, donde llegó a la cotización de casi veinte bolivianos por dólar. Esto fue aprovechado por astutos comerciantes que alegan: “hemos traído con dólares caros las mercaderías”. De la noche a la mañana, subieron los precios, hasta se triplicaron, y ya nadie los baja. Ellos hacen su agosto permanente, con dicho pretexto. Así, el dólar viene a convertirse en el verdugo de los que tienen poco, quienes integran las denominadas “mayorías nacionales”. Se trata de un castigo a los necesitados.
Ahora bien, otro verdugo resulta ser el comerciante que incurre en agio y especulación a vista y paciencia de las mismas autoridades que, al parecer, se cruzan de brazos ante ese accionar prácticamente delictivo, ya que las personas protestan por la falta de control en los mercados y centros de abasto. Ello permite el enriquecimiento de los especuladores que, también de la noche a la mañana, han elevado los precios de artículos de uso diario en los hogares. Ya hablan nuevamente de “escasez” del arroz, harina, aceite y otros, dando lugar al agio. Una botella de Coca-Cola, de tres litros ya lo expenden en 20 bolivianos, el papel higiénico en 65, la cuarta de jaboncillo en 75 y, en fin, el costo se ha triplicado, y en casos hasta quintuplicado. “Hemos traído con dólar caro”, mienten, ya que los tenían almacenados, y aunque bajó en los últimos días la divisa estadounidense, ello no sucede con los precios de los productos que venden los comerciantes, siendo así otros “verdugos”.
Claro que también en el transporte público, con los denominados “trameajes”, castigan a los usuarios. Muchos panificadores expenden la unidad de pan a 70 centavos y arguyen: “no recibimos harina subvencionada”. Se advierte que los “verdugos” del pueblo son bastantes. Ojalá la autoridad se haga sentir.