¿Plan tenebroso tras las elecciones generales?

David Foronda H.

8/12/20252 min leer

La nota “El plan de Evo Morales para el día después de las elecciones” ha sido escrita por Laureano Pérez Izquierdo, Director de Infobae América, quien dice “los comicios del 17 de agosto podrían reconfigurar el escenario político de Bolivia. Pero el jefe cocalero y ex presidente cree que todavía puede sembrar el caos para mantener el control del país”. En concreto señala: “Morales tiene un plan, que al mismo tiempo es político y de acción, que debió trazarlo a partir de su enfrentamiento con Luis Arce –a quien le entorpeció su gestión desde el principio–, de la prohibición que le impuso la justicia boliviana para participar de las próximas elecciones del 17 de agosto y de la pérdida de la personería jurídica del Movimiento al Socialismo, el partido que fundó. De forma distinta a como hizo con Arce –a quien apoyó para llegar al poder y luego dinamitó–, Morales sabe que esta vez deberá buscar por otro lado su ventaja política para retornar al poder en Bolivia. Sabe que los delfines podrían traicionarlo, como cree que pasó con quien fue su Ministro de Economía durante sus mandatos”.
También destaca: “desde el exterior, Morales embanderó a su pupilo a su imagen y semejanza. Jamás pensó que Arce intentaría un proyecto propio y comenzó entonces a entorpecer su gobierno, del que se creía amo y señor. Esa guerra interna del MAS la padeció, en definitiva, el pueblo boliviano, que vio una Asamblea Legislativa paralizada y constantes marchas, paros y barricadas que llevaron al extremo del abastecimiento a varias ciudades que quedaron aisladas por los hombres del cocalero. Arce –quien en algún momento soñó con una reelección– veía cómo su popularidad y su capital político se desvanecía de la mano de una administración paupérrima, donde la escasez de dólares, la falta de combustibles, alimentos, medicamentos, la inflación y la precariedad institucional se convertían en su principal legado gubernamental. Esos pobres resultados de gestión tuvieron también como responsable a Evo, quien apedreó cada intento político que buscó su otrora ministro. Ni la presencia controversial de su hijo Marcelo Arce en el área de energía logró componer un sector que en algún momento fue pilar económico de Bolivia. Los hijos de Arce merecen un capítulo por separado”.
Eduardo del Castillo, candidato oficial por el MAS, uno de los principales alfiles de Arce y Ministro de Gobierno, comenzó una aparente embestida contra Evo. Surgieron así denuncias sobre: estupro, tráfico de menores, violaciones, contra el ex presidente. La mayoría de esas acusaciones resultan verosímiles, pero muchos en Bolivia prefieren mirar para otro lado. Pese a las órdenes de captura de la fiscalía, el gobierno de Arce no se animó a dar el paso y apresar a su principal rival interno atrincherado en Cochabamba. Evo tampoco quiere que Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y cocalero como él, sea una de las figuras relevantes de los comicios. Este joven legislador de 36 años es, en rigor, su verdadera amenaza interna, quien podría jubilarlo. Bolivia parece estar lejos de normalizarse y de encaminarse a un sendero de tranquilidad y paz social. Las ambiciones personales, los negocios, el narcotráfico y las interferencias externas parecen ser los verdaderos motores de esa gran nación sudamericana, afirma el autor en su análisis sobre Bolivia.
Sólo cabe pedir que Dios pueda impedir violencia, muertes e incertidumbre en el país, tras las elecciones, si es que existiera dicho “plan”.