“Encuestitis” taimada
David Foronda H.
3/10/20252 min leer
No es una novedad, pero no deja de llamar la atención que en estas semanas, con motivo de las elecciones generales de agosto, sean difundidas “encuestas”, se afirma que para favorecer a tales o cuales personas que intervendrían en dicho evento nacional anunciado. Hasta se habla ya de los probables aspirantes “ganadores” en las distintas alcaldías, comicios que aún están algo lejos. Empero, bien se puede sostener que la ciudadanía en general no se está dejando sorprender con lo que ya se denomina como “encuestitis”, refiriéndose a la proliferación de consultas a sectores de la población boliviana, las cuales son para todo gusto y sabor, a fin de marear la perdiz.
Según el académico, abogado y político mexicano, Ricardo Monreal, que hizo conocer su criterio sobre los últimos comicios en su país, “distinguir entre las encuestas con margen de error y aquellas con margen de horror o disparatadas, es una buena medida preventiva para evitar la irritación de la encuestitis. El sufijo de origen griego -itis- significa “inflamación”, en este sentido, podemos llamar “encuestitis” a la tumoración que en este momento padece la opinión pública por el cuantioso y diverso número de encuestas que dicen reflejar las tendencias electorales, a tres semanas de la elección presidencial. Esta inflamación es producto de lo que se llama “guerra de encuestas”. Como toda inflamación, la encuestitis es molesta, pero superable. Primero, hay que entenderla como deliberadamente provocada (estrategia de campaña); segundo, hay que aplicar una vacuna para contenerla. Es una vacuna que tiene que ver con información. Hay que tener el grado de asertividad de estas casas encuestadoras, en función de las elecciones donde han estado publicando. Una comparación de sus proyecciones electorales con el resultado final puede ubicar a cada quien en su lugar. Distinguir entre las encuestas con margen de error y aquellas con margen de horror o disparatadas es una buena medida preventiva para evitar la irritación de la encuestitis nuestra de cada día”.
En nuestro medio, esta práctica ladina, con el pretexto de que solamente busca orientar a la ciudadanía, se ha hecho frecuente en los últimos meses, causando mayor confusión y desorientación, lo que los interesados indudablemente buscan, con marcado afán. De ahí que será menester rechazarlas, puesto que según criterio de gente entendida en la materia, la “encuestitis” no solo es taimada, afirman, sino que se trata de falsas encuestas que no reflejan la realidad, queriendo simplemente embaucar a incautos y no incautos. ¿Qué opina usted sobre el tema, estimado lector?.