Arte y deporte a la vela de Dios
David Foronda H.
7/28/20252 min leer
Otra vez surgió un grito lastimero, como siempre sucede desde cualquier sector del quehacer local y nacional y recién se encienden las alarmas; surgen reproches y generalmente luego se impone el silencio. Casi nadie quiere tocar esos problemas sociales. Ahí están millares de limosneros en las vías públicas, prácticamente en todas las ciudades, sean capitales, poblaciones intermedias y otras pequeñas. Con hacerse de la vista gorda, o fingir sordera, quienes están llamados a ver esos problemas para buscar soluciones, no lo hacen.
La situación de Dante Uzquinao, un artista que puso en la cima de la preferencia de la gente la canción Collita, ya emblemática, y quien solo subsiste con la denominada “Renta Dignidad”, nuevamente muestra la realidad de cómo viven artistas nacionales, abandonados habitualmente por un Estado insensible, por la falta de tino y visión de quienes lo conducen. Los gobernantes, de estadistas no tienen mucho, pero sí bastante de politiqueros, expresan ciudadanos de a pie.
Cuando a los “maestros del volante” se les da ingresos fuertes por la venta de los carburantes para su seguro social, a folkloristas se les cede un inmueble en pleno centro capitalino, baste como ejemplos, amén de otros “apoyos” que son concedidos a diversos sectores, entre camionetas, vagonetas, etc., resulta que artistas y deportistas, virtualmente están abandonados, a la vera de Dios, no se les brinda gran cosa. Dirán: “en el caso del deporte, estamos apoyando mucho a la selección de fútbol”, pero resulta que goza de determinados privilegios. Y qué de las otras disciplinas musculares que se debaten en condiciones de casi abandono, aunque se quiera poner el pretexto de que “hay un programa para los mejores deportistas y reciben respaldo económico”. Todo ello no es suficiente, es casi nada, frente a la indolencia estatal y de los sucesivos gobernantes bolivianos.
Respecto a los artistas, se puede afirmar que su situación es peor. Quizá con un registro en dependencias estatales quieran hacerles ver que se preocupan por ellos, empero eso es casi nada, pues se trata de una simple credencial que nos les sirve de mucho, ya que carecen de la posibilidad de jubilarse algún día, no tienen seguro social, no son sujetos de crédito en la banca. Sí lo son los hijos de influyentes y pueden lograr millares de dólares en préstamos, se comenta. La dramática vivencia por la que pasa Dante Uzquiano, ojalá pueda hacer que recapaciten gobernantes actuales y futuros, para hallar soluciones a tamañas injusticias e inequidades sociales. Y, a propósito, ¿qué saben todos los candidatos a la silla presidencial de Bolivia sobre arte y deporte?, ¿alguien hizo conocer un plan para hacer que artistas y deportistas se superen y logren glorias para levantar el ánimo de los bolivianos? Que los dioses de la antigüedad, del arte y el deporte, los iluminen.